Pasamos hasta el 90% de nuestro día en espacios cerrado y el aire que respiramos en casa influye en nuestra salud y en el bienestar de toda la familia. Por este motivo, la buena calidad del aire indoor es una parte integrante de una casa confortable, sana y segura.
Qué dicen los estudios
Vivir en el aire libre es una costumbre para pocos. Incluso cuando estamos fuera de casa, nuestra cotidianidad transcurre entre la escuela, oficina, gimnasio, negocios: espacios cerrados donde la calidad del aire que respiramos debe estar a la altura de nuestro bienestar. Sin embargo no siempre es así. La Environmental Protection Agency (Agencia de Protección Ambiental) norteamericana ha declarado que en los lugares cerrados el aire puede estar hasta 5 veces más contaminado que en el exterior. Y no es solo la presencia de sustancias dispersas en el aire lo que amenaza la calidad de nuestros espacios indoor.
«Un buen ambiente es el resultado sinérgico de microclima interno (temperatura y humedad), confort acústico, baja concentración de sustancias dispersas en el aire, calidad y luminosidad intensa.» Ing. Demattio, Agenzia Casa Clima
Sustancias dispersas en el aire y humedad bajo control
Una buena noche de sueño, la concentración adecuada, una placentera sensación de bienestar están relacionadas entonces al confort del aire que respiramos. Ocuparse es posible, por ejemplo, purificando el aire de casa de las principales sustancias irritantes. ¿Cuáles son? Los polvos finos y ultrafinos, si bien están producidos principalmente de la contaminación externa, son una presencia dañina en los ambientes en los cuales no hay una recirculación constante del aire. A esto se agregan los Compuestos Orgánicos Volátiles (los COV: sustancias emitida por muebles, pinturas, cosméticos y detergentes), polen, moho y bacterias: entre los principales responsables del empeoramiento de los síntomas en quién sufre de alergias. De todos modos, es importante el porcentaje de humedad en el aire, que debe mantenerse a un nivel igual al 50-60% para evitar sequedad e irritaciones, así como la proliferación de moho y bacterias.
Crear una casa confortable es posible. Bastan solo pequeños gestos, simples pero conscientes, y la ayuda de productos específicos para el tratamiento del aire.
Buenas y sanas costumbres cotidianas
Si reducir la contaminación atmosférica no depende solo de nosotros, mejorar la calidad del aire indoor sí. Con algunos gestos cotidianos simples es posible reducir las emisiones de sustancias nocivas que provienen de nuestra misma casa. ¿Algunos ejemplos? Limpiar y airear las alfombras, ambiente ideal para ácaros y bacterias. No fumar en el interior y limitar el uso de velas. Para la limpieza doméstica, utilizar preferentemente paños de microfibra y sustancias naturales, como vinagre balsámico y escamas de jabón. Lavar periódicamente los filtros de los acondicionadores. Airear la ropa retirada de la lavandería antes de colocarla en el armario.